Nanoflowcell Quant F

En las últimas tres décadas hemos sido testigos de la rápida evolución del sector automotor. Más allá de probarnos su ingenio y de competir, las marcas han luchado por un objetivo en común: ser más amigables con el medio ambiente.

Aunque los vehículos movidos por combustibles fósiles siguen siendo los más vendidos, la oferta eléctrica cada día gana espacio en el mercado mundial. Lamentablemente en Colombia este es un tema aún por desarrollar; sin embargo, destacamos los esfuerzos de compañías como BMW, Nissan, Mitsubishi, Renault y BYD, que transformaron su portafolio para ofrecernos autos con estas características.

El pasado Salón de Ginebra dio una fuerte impresión con la gran cantidad de automóviles que se movían con propulsores a base de energía eléctrica, así como otros proyectos híbridos que han resultado tener más aceptación debido a su precio accesible.

Precisamente, fue en este evento donde descubrimos la versión definitiva del Quant F, el modelo más reciente de la marca alemana de autos eléctricos NanoFlowcell AG, que en los últimos dos años ha utilizado la cita europea para presentar sus innovadoras tecnologías.



El es un sedán que goza de una tecnología misteriosa, aunque muy prometedora, pues funciona gracias a dos líquidos iónicos (uno con carga positiva y otro con carga negativa) que generan electricidad, lo que quiere decir que no se recarga como sucede con un vehículo eléctrico.

¿Cómo funciona? El auto cuenta con una pila de combustible propia. Esos líquidos, que solo conocen sus fabricantes, van ubicados en grandes depósitos de 250 litros cada uno. Hasta el momento, lo único que sabemos es que no son tóxicos ni inflamables, pero sí son capaces de generar energía mediante la transferencia de electrolitos a través de una membrana ¿Algo complejo, no?

Algunos entusiastas se han atrevido a afirmar que este vehículo podría funcionar con agua de mar, debido a las sales metálicas que recibe, pero al parecer, NanoFlowcell quiere dejarlo todo a nuestra imaginación, pues no se ha pronunciado al respecto.



Esta es una verdadera máquina deportiva, cuenta con cuatro motores eléctricos, uno para cada rueda, los cuales son capaces de generar la increíble cifra de 1.090 caballos de potencia con una tensión nominal máxima de 735 Voltios y, sobrepasar así, los 300 km/h de velocidad máxima.

Estos propulsores reciben una corriente de 2.000 amperios, la suficiente para iluminar un edificio pequeño de viviendas. Para gestionar toda esta fuerza y no acabar con los neumáticos con la primera acelerada, los ingenieros de NanoFlowcell dispusieron de una caja automática de dos velocidades.

De acuerdo con los ingenieros, en condiciones normales solo emplea sus propulsores traseros, dejando los delanteros para momentos en los que se necesite mayor tracción, un aspecto que contribuye en el apartado de seguridad y al consumo de energía.



Lo mejor de todo y a pesar de su increíble sistema de propulsión, es que este vehículo no genera gases contaminantes y, por el momento, es el único auto eléctrico que podría alcanzar una increíble autonomía de 800 km/h con cuatro personas a bordo.

Llama la atención su exagerado peso de 2.300 kg, el cual se debe a sus tanques de 500 litros llenos. Sin embargo, su rendimiento no se afecta para nada gracias a su enorme potencia. Está tan bien pensado, que puede acelerar de 0 a 100 kilómetros en tan solo 2,8 segundos.

Si su sistema de propulsión es de aplaudir, no podemos dejar de alabar su diseño, ya que es un sedán extremadamente deportivo, prueba de ello son sus hermosas puertas de alas de gaviota, así como su alerón dinámico.



Su estética es arrolladora con un diseño original desarrollado a partir de una estructura monocasco en fibra de carbono, con parales más delgados para mayor espacio interior. El frontal exhibe una curiosa parrilla y luces dobles, que le dan un aspecto más arriesgado, abandonando la tendencia a lo estilizado.

El capó cuenta con delicadas líneas y dos refinadas entradas de aire acentuadas con detalles cromados. La línea de costado conserva su estilo gracias a riñes deportivos bitono de gran tamaño (aún no se conoce la medida exacta), así como por sus espejos retrovisores, que en comparación con el modelo que se presentó en la cita de Ginebra de 2014 se crecieron.



Para elogiar el estilo de la parte posterior, aunque siendo robusta se logró una armoniosa línea. Los detalles cromados son los encargados de ofrecer ese toque de distinción. Los ‘stops’ traseros son bastante originales y pequeños. Al ser un vehículo de cero emisiones, carece de tubos de escape, no obstante, es el prominente protector quien toma ese lugar.

En el interior prima la elegancia y la modernidad, sus diseñadores pusieron especial atención en cada detalle. Los acabados son en madera brillante, que además tienen la función de filtrar las luces de ambiente encargadas de otorgar ese aire tecnológico al habitáculo. Los asientos son delgados, están cubiertos de cuero y fueron concebidos para ofrecer extrema comodidad, debido a su forma.



El diseño exterior es 100% compatible con los requisitos de la homologación definitiva que permite fabricarlo en serie, mientras que a su interior solo le falta un 10% para estar completo. Los responsables de la marca afirmaron que ya están preparados para la homologación definitiva y fabricar en serie este vehículo, únicamente bajo pedido. O

El Nanoflowcell Quant F tiene una gigantesca pantalla de 1.25 metros de ancho y 16 centímetros de largo, que parece ocupar toda la consola. Allí el conductor podrá consultar todo lo relacionado con el rendimiento de su carro, así como la temperatura exterior e interior. Todos los instrumentos están claramente delimitados. Asimismo, funciona como un centro de entretenimiento, ya que guarda todas las configuraciones del radio. Más abajo se encuentran las perillas del aire acondicionado, así como una pantalla táctil en la que se seleccionan los modos de conducción y la palanca de cambios

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